Tener un negocio propio es de las cosas más emocionantes que podemos hacer… pero seamos honestos: también puede ser un caos si no llevamos bien el control del dinero. A veces sentimos que vendemos bien, pero al final del mes no sabemos dónde quedó la ganancia. ¿Te suena familiar? No te preocupes, nos pasa a muchos. Pero con unos cuantos ajustes, podemos tomar el control sin necesidad de ser contadores.
1. Separa tus finanzas personales de las del negocio 💸
Este es el paso más importante. Si usamos la misma cuenta para pagar el súper y comprar inventario, estamos perdidos. Lo ideal es tener una cuenta (aunque sea sencilla) solo para el negocio. Así sabremos exactamente cuánto entra y cuánto sale.
2. Anota TODO lo que entra y sale ✍🏻
Y cuando decimos todo, es TODO. Desde esa venta chiquita hasta la propina que diste en el envío. Puede ser en una libreta, en Excel o en alguna app. Lo que importa es la constancia. Créenos: ver los números claros ayuda a tomar mejores decisiones.
3. Fíjate un sueldo (aunque sea simbólico) 💰
Si tomamos dinero del negocio “cuando se puede” o “cuando se necesita”, nunca vamos a saber realmente si estamos ganando o solo sobreviviendo. Asignarte un sueldo fijo —aunque sea pequeño al principio— te obliga a manejar bien los recursos y ver el negocio como lo que es: una empresa.
4. Usa herramientas digitales que te faciliten la vida 📱
No necesitas un sistema carísimo. Hoy hay muchas apps o plataformas súper prácticas para registrar ventas, gastos y hasta calcular impuestos. Mientras más automático, mejor. Así evitamos errores y ahorramos tiempo.
5. Ofrece formas de pago que te ayuden a tener ingresos más constantes 💜
Cuando das facilidades de pago, vendes más, y cuando vendes más, puedes planear mejor tus ingresos. Por eso muchos negocios ya usan Atrato para ofrecerle a sus clientes opciones como “compra hoy y paga después” o mensualidades flexibles. Eso te permite tener flujo constante y no depender solo de pagos de contado.
Recuerda, tener un buen control de ingresos no es cosa de genios, es cuestión de hábitos. Y cuanto antes empecemos, mejor salud financiera tendremos.